Violencia y seguridad democrática en República Dominicana












Autores









Bobea Castellanos, L.F.







Fecha








Junio 2011








Resumen








Basado en investigaciones en vecindarios urbanos pobres de la República Dominicana y trabajando con el gobierno dominicano, este estudio explora cómo el estado y los miembros más vulnerables de la sociedad dominicana han llegado a un acuerdo con una nueva criminalidad compleja. Una democracia "joven", el estado dominicano ha luchado por imponer su autoridad en los barrios pobres, donde los actores no estatales ofrecen "gobernabilidad alternativa", proporcionando empleo, imponiendo su propio orden a veces a través de la violencia y estableciendo nuevas normas e identidades. El estudio identifica dos fenómenos que afectan la seguridad y la democracia: "ecosistemas criminógenos" en los que hay una superposición de formas de violencia y criminalidad más antiguas y más nuevas; y “tropismo estatal”, la atracción de los actores criminales privados hacia el estado para cooptar a los funcionarios por sus empresas ilícitas, lo que lleva a nuevas formas de simbiosis criminal estatal. Estos conceptos básicos informan los ocho capítulos de esta disertación. Capítulo uno, "Violencia, Seguridad y democracia ”, proporciona un trasfondo teórico, presentando conceptos como la exclusión social, la nueva violencia, la espacialidad controvertida y la autoridad paralela, entre otros. El Capítulo Dos, "Preparando el terreno para la nueva criminalidad", documenta las transiciones políticas y económicas de las últimas cinco décadas, sin las cuales no se puede entender el reciente aumento de la violencia criminal. La modernización del estado y la liberalización de la economía exacerbaron la informalidad, la segregación espacial y la exclusión social. La violencia misma fue "democratizada", pasando de un monopolio gubernamental a un recurso compartido y renovable. El Capítulo Tres explica "ecosistemas criminógenos, "Documentar los cambios en las actividades delictivas y las percepciones ciudadanas de inseguridad que condujeron a un fuerte aumento de la delincuencia violenta alrededor de 2004. A pesar del aumento, la evolución del tráfico de drogas y el crimen organizado en un ecosistema criminógeno no fue un proceso nocturno. El gobierno no ofreció respuesta a este desafío crítico más allá de las versiones más severas del "puño de hierro". El Capítulo Cuatro explora la realidad social en los barrios más pobres y marginados de la capital, que son vistos como complejos microsistemas de interacciones relacionales y de supervivencia. Las entrevistas, los grupos focales y las encuestas permiten a los residentes describir los cambios sociales, políticos y económicos promovidos por los traficantes de drogas en su medio. A pesar de los niveles más altos de violencia e intimidación por parte de los miembros de pandillas, los residentes no ven a los delincuentes ni a la policía en términos de blanco y negro. Las actividades ilícitas ofrecen ciertos beneficios, mientras que las políticas de seguridad oficiales suelen afectar negativamente sus vidas. El hecho de que los delincuentes organizados brinden a los pobres formas alternativas de seguridad, sustento, moralidad e incluso identidad, atrayendo a los funcionarios públicos a esta dinámica, sugiere cuán seriamente desafían a la democracia y al propio estado. . El Capítulo Cinco, "El Reino de los Tigueres", analiza a los actores más en riesgo y resistentes dentro de los barrios, los jóvenes, especialmente aquellos que están involucrados en delitos menores, violencia y actividades ilícitas: los tigueres. El capítulo analiza varios tipos de grupos juveniles, como las pandillas y las naciones (pandillas y naciones), que originalmente ofrecían solidaridad e identidad a los jóvenes marginados antes de convertirse en pandillas de narcotraficantes. Pandillas y naciones son estigmatizadas por las fuerzas de seguridad, que reaccionan con violencia a las pandillas juveniles y tolerancia a los delincuentes bien conectados. El Capítulo Seis, "El Janos inconstante", contrasta la actuación policial a nivel local con las expectativas populares incumplidas de protección sin la violación de los derechos básicos. Los ciudadanos ven a la policía como actores que promueven la violencia institucional y participan en actividades ilegales dentro de los barrios. El estado contribuye así a los ecosistemas criminógenos en los que ningún actor tiene el monopolio del uso legítimo de la violencia. El Capítulo Siete, "Reconstituyendo la gobernanza de la seguridad", analiza cómo el gobierno "progresista" de Leonel Fernández respondió a la nueva crisis de inseguridad lanzando un innovador plan de seguridad en 2005. El Plan de Seguridad Democrática (DSP) ofreció diferentes métodos de la "mano" predeterminada dura ”, promoviendo la investigación en los barrios para comprender mejor los nuevos procesos criminales y los dilemas que plantean. En su diseño original, el DSP prometió coordinar la reforma policial con una avalancha de nuevos servicios a los barrios y trabajar en estrecha colaboración con las iglesias y las organizaciones comunitarias. El objetivo era restaurar la autoridad del estado a nivel local, así como construir una relación constructiva con la sociedad al hacer que sus instituciones sean más responsables, confiables y eficientes. El plan tuvo cierto éxito inicial, pero finalmente no cumplió su promesa de establecer una política integral, sostenible e inclusiva para prevenir o reducir la delincuencia violenta. El capítulo final ofrece una reflexión general sobre la problemática de la inseguridad y su impacto en la gobernanza democrática.







Palabras claves








Violencia, Seguridad democrática






















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